Allí se encontraba ella. Estaba sentada en aquella acera bajo la lluvia. Lloraba sin parar provocando que se le corriese el rimel. Eran pocas las personas que pasaban por aquella solitaria calle y aún eran menos las personas que veían como la joven se sumía en una profunda soledad. Era muy grande la tristeza que llenaba su corazón. No se sabe el tiempo exacto que pasó hasta que decidió levantarse en una dirección desconocida. Tampoco se sabe que fue de ella después.
¿Y la encontraron finalmente?
ResponderEliminarUn muás.
¿La conoceremos más? Ojalá esa tristeza, algún día, se convierta en un recuerdo del pasado.
ResponderEliminarUn beso MUYGRANDE :)
A
ResponderEliminarCat
le
gustan
las
ellas
con
nombre.
miau
Pobrecilla :(
ResponderEliminarPuede que esa ella sea Caperu... también se pasea por calles desconocidas y se sienta a llorar en una esquinita...
ResponderEliminarUn beso :*
Los dìas de lluvia nos hacen brotar la tristeza guardada, el día se presta para que junto con la lluvia de compañera nuestras lagrimas caigan por nuestras mejillas. ella era la tristeza reflejada que se dejo llevar por el dìa. se alejo sin un rumbo definido por tener la mente colmada de problemas con miles de soluciones inapropiadas a su dilema ,podría ser no?
ResponderEliminarmuy buena la entrada
beso grande!!